Mezcla todos los ingredientes para la salsa. Debe quedar una salsa espesa, pero si resulta muy líquida (depende de la salsa de tomate que utilices), caliéntala a fuego medio para reducirla a la consistencia deseada removiendo constantemente para evitar que se pegue y se queme.
Servir
Servir junto a las carnes a la parrilla, o pincelar la carne antes de asarla para caramelizar y profundizar los sabores.